Entrada al azar

      jueves, 31 de mayo de 2018

      CUENTO DE HORROR (Marco Denevi)


      La señora Smithson, de Londres (estas historias siempre ocurren entre ingleses) resolvió matar a su marido, no por nada sino porque estaba harta de él después de cincuenta años de matrimonio. Se lo dijo:

      -Thaddeus, voy a matarte.

      -Bromeas, Euphemia -se rió el infeliz.

      -¿Cuándo he bromeado yo?

      -Nunca, es verdad.

      -¿Por qué habría de bromear ahora y justamente en un asunto tan serio?

      -¿Y cómo me matarás? -siguió riendo Thaddeus Smithson.

      -Todavía no lo sé. Quizá poniéndote todos los días una pequeña dosis de arsénico en la comida. Quizás aflojando una pieza en el motor del automóvil. O te haré rodar por la escalera, aprovecharé cuando estés dormido para aplastarte el cráneo con un candelabro de plata, conectaré a la bañera un cable de electricidad. Ya veremos.

      El señor Smithson comprendió que su mujer no bromeaba. Perdió el sueño y el apetito. Enfermó del corazón, del sisema nervioso y de la cabeza. Seis meses después falleció. Euphemia Smithson, que era una mujer piadosa, le agradeció a Dios haberla librado de ser una asesina.


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