Entrada al azar

domingo, 14 de octubre de 2018

OCULTAS (Rafael Baldaya)


La solución a la neumonía, el tétanos, el cólera, la tisis...,
la solución a las enfermedades infecciosas,

podía estar en

hacerse un sangrado,
clavarse agujas,
el jarabe de aloe,
las hojas del sauce,

fumar tabaco,
el cuerno de rinoceronte bien molido,
el zumo de limón,
la infusión de ruibarbo,
el veneno de serpiente a escasas dosis,
la abstinencia de harina,
comer ancas de rana,
el cloruro potásico,

las friegas de lavanda,
duchas con agua gélida,
un ritual exorcista,
el ungüento de azufre,
(pon aquí, lector, lo que se te ocurra; aunque parezca un disparate)...

La solución podía estar en miles de sitios,
en miles de cosas,
en miles de acciones.

Fleming tiene la costumbre de almorzar en su laboratorio, por lo que un trozo de comida que se ha enmohecido cae accidentalmente sobre una placa con bacterias, produciendo la destrucción de éstas.

Fleming lo observa y se le enciende una luz.

Y así es como, de chiripa, por pura casualidad, llega a saberse que la solución a las infecciones bacterianas está en...

¡un hongo!: en ese hongo concreto.

Es lo que pasa con las soluciones:

que siempre están ocultas y mezcladas con des-soluciones.

Son como las buenas ideas, que generalmente están revueltas y escondidas entre ideas fallidas, entre ideas erróneas, entre des-ideas...


¡Y es por eso que cuesta tanto trabajo encontrarlas!


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