Entrada al azar

      viernes, 12 de octubre de 2018

      LA MUJER DE WAYLON (James Tate)


      Loretta tenía un gallo que era tan arisco
      que ya nadie la podía ir a visitar. Loretta amaba
      a ese gallo, y el gallo amaba a Loretta
      y pensaba que era su mujer. Así que solamente
      veíamos a Loretta cuando bajaba al pueblo.
      Nos encontrábamos en Mike’s Westview Café y tomábamos
      cerveza con ella toda la noche. El gallo
      se llamaba Waylon, y ella se la pasaba hablando de Waylon
      toda la noche, y si uno no supiera habría creído
      que hablaba de su esposo. Yo sabía,
      y aun así creía que hablaba
      de su esposo. “Waylon no se sentía del todo
      bien esta mañana”. “Waylon estuvo tan dulce conmigo
      anoche”. “Waylon es tan hermoso, a veces
      no lo puedo dejar de mirar”. Sigue siendo
      divertido salir con ella, y a mí me parece totalmente
      normal. Cuando cierran el bar, nos despedimos
      y yo le doy un beso a Loretta, apenas un piquito, porque
      sé que está casada con un pollo, y eso me parece digno
      de respeto. Waylon la hace feliz de maneras que yo nunca
      sería capaz. El cielo estrellado, la policía escondida en los
      arbustos, por Dios qué lindo es estar vivo, pienso, y
      orino detrás de mi coche en la oscuridad de mi propia oscuridad
      privada.


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