Entrada al azar

      miércoles, 22 de agosto de 2018

      Y ASÍ SALDREMOS DE DUDAS (Juan Eslava Galán)


      Recordará el lector que muchos mozárabes (cristianos que vivían en tierras islámicas) se presentaban espontáneamente a  las autoridades musulmanas en demanda de martirio, pues estaban impacientes por alcanzar los goces del paraíso. Llegó uno de estos fanáticos al juez Aslam y solamente recibió una dura reprimenda por parte del jurista:

      - Desgraciado –le regañó el juez-, ¿Quién te ha metido en la cabeza que pidas tu propia muerte sin haber delinquido en nada?

      A lo que el cristiano respondió:

      -Pero, ¿cree el juez que si me mata seré yo el muerto?

      -¿Quién será, pues, el muerto? –le replicó el juez.

      -El muerto será una semblanza mía que se habrá metido en un cuerpo, eso es lo que matará el ejecutor. Pero yo subiré inmediatamente al cielo.

      A lo que el juez replicó:

      -Mira, hay un medio de averiguar lo que haya de cierto en eso y así saldremos de dudas los dos.

      - ¿Cuál es ese medio? –preguntó el cristiano.

      Entonces –prosigue el texto Al-Jusani- el juez Aslam se volvió hacia los sayones o verdugos allí presentes y les dijo:

      -Traed el azote.

      Ordenó luego desnudar al cristiano; lo desnudaron e inmediatamente mandó que le atizaran. Cuando el cristiano comenzó a gritar, el juez Aslam le dijo:

      -¿En qué espalda están cayendo los palos?

      - ¡En la mía! –suspiró el cristiano.

      -Pues mira, hombre –replicó el juez-, lo mismo ocurriría si cayera la espada sobre tu cuello, ¿o es que piensas que podría ocurrir otra cosa?


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