Entrada al azar

lunes, 15 de julio de 2019

¿ALGUNA DUDA? (Saiz de Marco)


No sé cómo, pero me había muerto. Entonces aparecí en un sitio, algo así como la sala de espera de un dentista. Vi más personas sentadas a mi lado, todas en silencio. No había revistas ni hilo musical.

Aunque nadie me había informado, supe que en el despacho contiguo había un juez: el Supremo Juez. Así que empecé a pensar cómo me dirigiría a Él: ¿le hablaría de tú (como en el padrenuestro: que estás en los cielos) o de vos (como en el Señor Mío Jesucristo: por ser Vos quien sois…)? Me decidí por una fórmula intermedia: le trataría de usted.

Entonces oí mi nombre por megafonía. Me levanté, toqué con los nudillos en la puerta y entré.

Dentro estaba Él, sentado, hojeando unos papeles. Debía ser mi expediente personal. Quise mirarle a la cara pero la intensa luz que despedía me lo impidió.

Dijo: -Siéntate. Antes que nada, ¿tienes alguna duda?

Me senté e inquirí: -¿Alguna duda sobre el juicio final?

-Alguna duda en general: cualquier duda -aclaró.

Entonces dije: -Bueno, en realidad tengo varias. La primera es para qué me creó Usted sin yo pedirlo. La segunda es por qué, pudiendo haber hecho un mundo armónico, lo hizo tan complejo y difícil. La tercera es por qué permite que la gente sufra, que mueran niños, que haya guerras, injusticias, catástrofes… Quiero decir: ¿todo eso pasa porque Usted quiere, o pasa porque sí?

Creo que iba a responderme. Yo estaba expectante y el corazón me latía con fuerza. Sí: Él iba a hablar, se disponía a responder a mis preguntas, pero en ese momento sonó el despertador.



1 comentario:

  1. Si al final sólo huesos (Rafael Baldaya)

    ....

    Y ahora voy a escribir lo que cuesta trabajo,

    lo que entrevemos pero no queremos decir,

    mucho menos ver escrito,

    que si no hay más allá ni ultramuerte entonces todo acaba, se esfuma con la vida,

    tu cerebro se apaga, deja de sentir, de pensar, de pensarse,

    deja de percibir y percibirse,

    tu cuerpo se convierte en una cosa,

    esqueleto,

    inconsciencia,

    huesos

    -fosfato, carbonato de calcio…-,

    huesos como otros huesos,

    el fosfato del tirano, el calcio del homicida

    como los de sus víctimas,

    el carbono, el nitrógeno da igual dónde estuvieron y en quiénes se alojaron.

    No importa lo que hagas porque luego un objeto,

    al final una cosa ni mejor ni peor.

    Ya no un quién, sino un qué.

    Cuando esto acabe nadie ha de pedirte cuentas,

    de hecho ya no serás.

    Los fenómenos físicos, las reacciones químicas de la materia simplemente suceden;

    las implacables reglas de la termodinámica no saben de justicia,

    nada entienden de ética

    ni de bien

    ni de mal.

    Es raro que así sea,

    nuestra profundidad se resiste a admitirlo:

    "No puede ser lo mismo",

    "No puede dar igual",

    "No puede ser".

    De ahí quizá el juicio último, la luz y la tiniebla

    (¿así habló Zaratustra?,

    ¿de otra forma lo dijo Jesús el galileo?,

    ¿también aquel Siddhartha?),

    de ahí el ciclo del karma, el samsara, el trayecto,

    la rotación regida por cómo hiciste antes,

    lo crees o no lo crees.

    Quizá todo un recurso, un milenario método, un soporte esencial para hacer fluir la vida,

    que los humanos puedan convivir,

    agruparse,

    un ancestral y necesario hallazgo:

    si hay tablas de la ley y el Gran Ojo te mira, todo el tiempo observándote,

    y al cabo un veredicto,

    entonces los humanos se abstendrán de matarse, hostigarse, saquearse de continuo,

    porque al final no meros huesos-tierra-ceniza,

    no vuelves a ser cosa, sino que

    te examinan

    y "He aquí tu logro o fruto".

    Sí, es una buena idea,

    una fábula útil,

    una leyenda práctica.

    Pero si no es así,

    si al final sólo huesos

    (los benéficos huesos junto con los malvados,

    los huesos asesinos como los inocentes,

    los huesos alevosos mezclados con los justos,

    indistinguibles

    vértebras - tibias - cráneos

    unos y otros revueltos,

    todos ellos iguales en la Fosa común),

    entonces...

    esto otro...

    esta bruma negruzca,

    este temblor o pálpito que evitamos decir,

    que una parte de ti se resiste a aceptar,

    que atisbas pero mejor sería

    no haberlo escrito.

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