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lunes, 23 de abril de 2018

CARTA A UN DESTERRADO (Claribel Alegría)


Mi querido Odiseo:
Ya no es posible más
esposo mío
que el tiempo pase y vuele
y no te cuente yo
de mi vida en Ítaca.
Hace ya muchos años
que te fuiste
tu ausencia nos pesó
a tu hijo
y a mí.
Empezaron a cercarme
pretendientes
eran tantos
tan tenaces sus requiebros
que apiadándose un dios
de mi congoja
me aconsejó tejer
una tela sutil
interminable
que te sirviera a ti
como sudario.
Si llegaba a concluirla
tendría yo sin mora
que elegir un esposo.
Me cautivó la idea
que al levantarse el sol
me ponía a tejer
y destejía por la noche.
Así pasé tres años
pero ahora, Odiseo,
mi corazón suspira por un joven
tan bello como tú cuando eras mozo
tan hábil con el arco
y con la lanza.
Nuestra casa está en ruinas
y necesito un hombre
que la sepa regir
Telémaco es un niño todavía
y tu padre un anciano
preferible, Odiseo
que no vuelvas
los hombres son más débiles
no soportan la afrenta.
De mi amor hacia ti
no queda ni un rescoldo
Telémaco está bien
ni siquiera pregunta por su padre
es mejor para ti
que te demos por muerto.
Sé por los forasteros
de Calipso
y de Circe
aprovecha Odiseo
si eliges a Calipso
recuperarás la juventud
si es Circe la elegida
serás entre sus chanchos
el supremo.
Espero que esta carta
no te ofenda
no invoques a los dioses
será en vano
recuerda a Menelao
con Helena
por esa guerra loca
han perdido la vida
nuestros mejores hombres
y estás tú donde estás.
No vuelvas, Odiseo
te suplico.

Tu discreta Penélope


1 comentario:

  1. En los años 30 del pasado siglo, con ocasión de discutirse sobre la ampliación del voto a las mujeres, se produjo una discrepancia entre dos políticas con ideas avanzadas para su época. Ambas consideraban que lógicamente las mujeres debían poder votar, pero, mientras Clara Campoamor defendía el inmediato reconocimiento de ese derecho, Victoria Kent sostenía que debería retrasarse, ya que, al ser gran parte de las mujeres amas de casas sin formación, el voto femenino favorecería a las opciones más conservadoras. Ante ello, Clara Campoamor enfatizó que era una cuestión de principio: las mujeres debían poder votar YA, INMEDIATAMENTE, con independencia de cualquier otra consideración.

    Algo parecido sucede ahora en el caso de la presidencia de la Comunidad de Madrid. Cristina Cifuentes debe dejar de ser presidenta de Madrid porque ha demostrado no estar a la altura ética y de honestidad exigible a un cargo de esa naturaleza. Se ha aprovechado de su relevancia política para obtener una titulación universitaria sin cursar los correspondientes estudios, y además ha mentido públicamente en relación con la defensa académica del máster y con la confección del trabajo final.

     Una persona así no puede ser más tiempo presidenta de la Comunidad de Madrid.

     El Partido Popular (que en su día ganó las elecciones) debe propiciar el inmediato nombramiento de otra persona, honesta y limpia.

     Y si no lo hace, Ciudadanos debe apoyar la moción de censura para la remoción de Cristina Cifuentes.

     Podrán ponerse muchas objeciones de oportunidad o electoralismo, con riesgo de aparecer Ciudadanos como tándem con PSOE-Podemos. Esto puede perjudicarle electoralmente a Ciudadanos, pero aun así Ciudadanos debe, en caso necesario, apoyar la moción de censura. Por lo mismo que Clara Campoamor defendió el inmediato reconocimiento del voto femenino: por una CUESTION DE PRINCIPIO.

     (Si estás de acuerdo, PÁSALO)​

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